AGUA
Uno de los procedimientos más comunes de efectuar la limpieza de los cristales es con agua.
Algunos utilizan el agua de mar o agua natural aderezada con sal marina, sin embargo esto puede desgastar el esmalte del cuarzo e incluso debilitarlo, propiciando la fractura prematura del mismo y un cristal roto debe ser desechado.
Podemos sustituir el agua salada por agua dulce, por ejemplo sumergiendo los cristales en las aguas de un río, tras agruparlos en una bolsita de tela o un recipiente de barro o arcilla.
Siendo aún más prácticos, podemos dejarlos unos minutos bajo el agua del grifo, para después dejarlos secar al sol. La magia no está reñida con la practicidad o la sencillez.
AIRE Y FUEGO
Otra forma de limpieza de cristales, consiste en encender una varrita de incienso y dejar que el humo envuelva las piedras, visualizando la restitución de su energía natural.
Este método además de simple, puede usarse como complemento de la limpieza con agua, si al tocar el cristal no sientes una vibración de atracción hacia él.
Generalmente para efectos de la limpieza de cuarzos es utilizado el incienso de sándalo, no obstante puedes usar otros como romero, salvia, e incluso algunos que sean afines contigo o con el objetivo mágico al que destinarás la piedra: canela (dinero), rosas (amor), clavo (éxito), eucalipto (salud), mirra (protección), alcanfor (protección psíquica).
TIERRA
Enterrar los cristales es otra manera popular de limpiarlos y además recargarlos en la misma fuente de donde provienen: la Madre Tierra.
Puedes dejar tus cuarzos enterrados, durante una noche (mejor si es una de luna llena) en un bosque, jardín e incluso una maceta, el proceso se efectuará y tendrás tus cuarzos limpios y energizados.
Fuente: “El libro de los minerales”.