“Érase una vez una Reina-Bruja, en un momento lejano y en un país lejano.
Como Reina tomaba decisiones difíciles que afectaban a mucha, mucha gente.
Como Bruja, no podía ser engañada porque leía las mentes y era implacable. Más que como Reina.
Esa Reina-Bruja, después de los siglos regresó. Hubo quien la reconoció de verdad, quien creyó reconocerla y quien no.
Siglos atrás tenía una compañera, guardiana y vigilante cual cuervo negro. La una sin la otra estaban incompletas, por lo que regresaban juntas una y otra vez.
Siguen ahí, implacables y vigilantes y nunca son engañadas todo y adaptándose a los tiempos y lugares.
Van y vienen, irán y vendrán.
No necesitan ser reconocidas porque son y están.”
© Morgana Barcelona