Muchos catalanes conocemos la singular figura de la montaña del Pedraforca, situada cerca de la Sierra del Cadí, allá en la comarca del Berguedà, entre los municipios del Gòsol i Saldes. Su forma a atraído la atención de muchos turistas y subido a su cima para contemplar desde allí una visión maravillosa del paisaje rural del Berguedà. Hoy en día, y desde 1982, la montaña y su zona fueron declaradas zona natural de interés nacional con el propósito de preservarla de las actividades mineras que tienen lugar.
En tiempos muy remotos, cuando en la superfície de la Tierra apenas habitaban los hombres, el gran rey de las tinieblas y las profundidades del mundo, el Diablo, salió de sus cavernas de aquella montaña para construir una inmensa y poderosa fortaleza desde la que declaró la guerra a Diós. El diablo armó a cientos de legiones con las armas más temibles y sangrientas que uno se pueda imaginar, consiguiendo así a temorizar y esclavizar a toda la región. La buena gente, a escondidas, pedía ayuda a Dios. El Todo Poderoso escuchó sus oraciones y mandó un ejército de ángeles y arcángeles encabezados por San Miguel. Después de varios meses de luchas infernales los ejércitos de Dios consiguieron reducir a las legiones del diablo, enviando a éste a las profundas cavernas de donde había salido; así los arcángeles pudieron destruir la gran fortaleza.
Para que no puedieran reconstruirla jamás, el arcángel San Miguel mandó caer un poderoso relámpago des del cielo y asói partir las ruinas en dos. Desde aquél momento la montaña quedó con la forma que actualmente conocemos, dividida en dos cumbres. Si la curiosidad os obliga a revisitar la montaña, no dudéis en hacerlo. Si no la habéis visto nunca, fijaros en sus dos cimas y su gran corte. ¿Os acordaréis del Diablo y de la fuerza del Cielo?..JOAN