El caldero es el lugar de las transmutaciones mágicas y místicas, de las prácticas rituales y alquimistas, simboliza el cambio, la resurrección, la renovación, la consagración.
El famoso caldero celta que hace alusión a la abundancia, llena gran número de historias populares y epopeyas, en todas ellas aporta el bienestar a su dueño y a los puros de corazón, pero a los que no lo son y prueban de su contenido, les es indiferente, en el mejor de los casos.
En ocasiones es un caldero que puede ofrecer comida abundante, sin poner nada en su interior, para miles de gentes; en otras, devuelve la vida.
Su sucesor en las epopeyas de la Edad Media es, como puede suponerse, el Grial, que alimenta a José de Arimatea, encargado de su custodia, durante varios meses en el foso de un castillo donde es mantenido sin comida, ni agua.
El caldero es un elemento simbólico de gran importancia entre la tradición celta. El gran caldero que suministra de forma inagotable hidromiel, cerveza y carne de cerdo aparece en la literatura irlandesa en las descripciones de los festines celebrados en el mas allá , en el relato “ Mala batalla de ith tuiried“.
El dios Dagda posee un caldero con el que nadie se siente insatisfecho.
En la tradición Galesa el caldero es un símbolo funerario: el caldero tiene el poder de resucitar a los muertos.
En la época del bronce final se usaban los calderos como elementos rituales y se han hallado calderos gigantes, de capacidades enormes, de hasta 400 l.
Se cree que el mito del grial, es una cristanizacion del mito celta del caldero sagrado.
Muy ilustrativo el texto. Me encantó!