“La astrología es el estudio de las reacciones del hombre ante los estímulos planetarios. Los astros no sienten ni benevolencia ni aversión consciente, simplemente emiten radiaciones positivas o negativas. Por sí solos no ayudan ni perjudican a la humanidad, pero ofrecen un canal lícito para que se manifieste el equilibrio de causas y efectos que, en el pasado, todo hombre puso en marcha… Un niño nace el día y la hora exactos en que los rayos celestes están en armonía matemática con su karma individual. Su carta natal es el retrato desafiante que revela su pasado y los resultados probables en su futuro. Pero sólo los hombres que tienen una sabiduría intuitiva pueden interpretar las cartas astrales y son pocos… El audaz mensaje proclamado a través de los cielos en el momento del nacimiento no tiene la finalidad de dar énfasis al destino –el resultado del bien y del mal pretéritos-, sino la de despertar en el hombre la voluntad de escapar de su cautiverio universal. Lo que el hombre hace, él mismo lo puede deshacer. Nadie, salvo él mismo, ha inducido las causas cuyos efectos prevalecen ahora en su vida. Él puede trascender cualquier limitación. En primer lugar, porque las crea con sus propios actos y, en segundo lugar, porque dispone de recursos espirituales que no están sujetos a presiones planetarias.”
“Autobiografía de un Yogui” (Paramahansa Yogananda).