Las energías negativas pueden provenir de cualquier pare y no es necesario que estén dirigidas contra nosotros para percibir su impacto. Estoy segura de que más de una vez has sentido la tensión al cruzarte con una pareja que discutía. Y esta situación podría incluso haberte afectado de alguna manera, por ejemplo, que hubieras tropezado en ese momento con algo o que se te hubiera olvidado lo que estabas a punto de decir. Éste es un nivel relativamente bajo de negatividad, pero los efectos fuertes se intuyen tras las discusiones prolongadas o cuando existe un pasado común construido sobre el resentimiento (por ejemplo, en una comunidad de vecinos). Toda clase de negatividad que acontezca en tu entorno puede influir en tu vida, a menos que estés protegida. Pero si lo que ocurre es que has ofendido o le has hecho daño a alguien, con toda seguridad serás el objeto de sus pensamientos negativos, aunque esto no implica necesariamente que vaya a emplear la magia en tu contra. La negatividad además tiende a acumularse, de modo que los resultados a largo plazo que siguen a un periodo de problemas relativamente insignificantes serán mucho peores que cualquier dificultad a la que te hayas enfrentado en los últimos tiempos. Por eso debes mantener tus defensas al día, tanto aquellas que te protejan a ti, como las que hayas destinado a las personas y a las cosas que te resultan importantes.
Podrías, por supuesto, crear y renovar regularmente tus defensas, aunque conviene que vayas
comprobando también si siguen en su sitio. Algunos ven la negatividad como una neblina o bruma gris
con zarcillos, pero puede adoptar otras formas. En ocasiones te será más fácil detectarla si ves tu casa desde el astral.
PRÁCTICA 1.
Protégete de la forma habitual y proyéctate fuera del cuerpo. Visita cada una de las habitaciones de tu casa para examinarlas detenidamente. Mira en el interior de los armarios, en los cajones, bajo las camas, etc. Cuando hayas terminado, echa un vistazo también por el exterior; inspecciona bien las puertas y las ventanas. A veces encontrarás zarcillos de negatividad agarrándose a la fachada, quizá en busca de una entrada o, si hay muchísima negatividad, desbordándose desde el interior. Si tu vivienda cuenta con otras dependencias anejas, como un garaje, mira también en ellas. Una vez completada la ronda de inspección, regresa a u cuerpo y toma nota de los lugares en los que has descubierto cualquier forma de negatividad y piensa además en cómo han llegado hasta allí, ¿qué ha podido producirla?
Verás que la negatividad se acumula en los mismos sitios en los que encontrarías telarañas o bolas de pelusa. Esto es así porque le resulta más fácil sobrevivir en los lugares olvidados. De hecho, la suciedad, el polvo y la mugre atraen a la negatividad. Por eso te recomiendo que mantengas limpia y ordenada tu casa. Incluso aunque seas de esas personas que adoran las arañas, deberás quitar las telarañas más antiguas y polvorientas; al fin y al cabo, lo más probable es que el insecto ya se haya hecho una nueva, ¡porque también a él le gusta tener la casa limpia! Abre las ventanas tan a menudo como te sea posible para permitir la entrada de aire, porque la luz del sol y la frescura de la brisa espantan las energías negativas.
Si hay una gran acumulación de negatividad en tu casa o estás a punto de mudarte a otra, te interesaría llevar a cabo una limpieza mágica general (después, claro está, de asegurarte de que todo esté limpio y recogido en el sentido más literal de cada palabra). Si puedes, abre las puertas y ventanas, pero si el tiempo es malo, trabaja de habitación en habitación, cerrándolas cuando te marches. Utiliza una escoba y barre a deosil (en el sentido de las agujas del reloj, para hemisferio norte , y en contra de las agujas del reloj en el sur) desde el centro hacia el exterior, concluyendo junto a una ventana abierta o una puerta. Al hacerlo, visualiza cómo barres toda la negatividad. Asegúrate de ser concienzuda; barre detrás de los muebles o debajo de ellos. Si esto es imposible, tendrás que servirte de tu habilidad con la visualización para utilizar la escoba en esos lugares a los que no alcanzas físicamente. Después, protege la habitación con algún método, por ejemplo, con el hisopo y, todavía moviéndote a deosil, salpica un poco de agua con sal, al tiempo que visualizas que se trata de una pared defensiva que protege el perímetro de las habitaciones, así como el resto de la casa.
PRÁCTICA 2.
Crear una barrera de protección en el astral.
La mayoría de las brujas crean una barrera astral alrededor de sus casas y la renuevan regularmente, por ejemplo, cada mes. El área protegida incluye toda la casa, así como el jardín y los vehículos que utilicen. Esto no es producto de la paranoia, sino más bien una medida que responde al dicho “más vale prevenir que curar”. Esta forma de protección también la puedes usar para salvaguardar las viviendas de tus seres queridos si es que viven en otros lugares. Lo normal es hacerlo mediante la visualización, aunque algunas completan el proceso también en el plano físico. En primer lugar lo llevan a cabo en el astral, incluso si hace poco que lo hicieron allí.
Toma las precauciones habituales y sal tranquilamente de tu cuerpo. Cuando llegues al astral, coge una escoba y barre toda tu casa, de la forma que te he dicho antes, aunque al estar en el plano inmaterial podrás atravesar las paredes y suelos de tu hogar y barrer también debajo de ellos, de modo que completes la esfera. Llama luego al elemento del Aire para que sople por todo el conjunto, desterrando la negatividad, y dale las gracias cuando termine. Repite el proceso con el Fuego, pidiéndole que queme la negatividad, y luego solicita al Agua que la lave. En el elemento Tierra, llama al cemento, a los ladrillos, piedras, etc, con los que está construido el edificio para que la repelan. Camina entonces por el perímetro de la propiedad a deosil, salpicando hierro en polvo y sal mientras lo haces. Una vez completado el circuito, solapando los extremos para asegurarte de que no quedan huecos sin cubrir, insúflale poder a la barrera de hierro y sal para que a partir de ella se alce una esfera de protección y defensa. Por último, llama a la Diosa y al Dios para que la consagren y que sumen su energía a la protección de tu casa y de todo aquello que ames.
A pesar de que este ejercicio te garantiza una defensa más que suficiente, existen otros métodos tradicionales a los que también puedes recurrir. Si colocas en las ventanas trozos pequeños de espejo, como ésos de tipo baldosa que se utilizan para adornar los baños, desviarán todos los tipos de negatividad, incluso aunque la hayan canalizado hacia ti de manera involuntaria. Y también solía ser bastante común ver una bola de cristal, como las que utilizaban los pescadores, colgando de una ventana, porque tenía la capacidad de rechazar la negatividad. Puedes, además, plantar toda suerte de hierbas, árboles y plantas alrededor de la casa a modo de protección. Las más conocidas son la angélica, la albahaca, el geranio, la lavanda, el romero, la violeta, el tejo, etc.
Comprobarás también que la negatividad tiene tendencia a agarrarse o a merodear cerca de ciertos objetos, y merece la pena que investigues su pasado. Así, por ejemplo, se verá atraída por cualquier cosa que perteneciera a una ex pareja con quien rompieras de mala manera y, aunque puedes probar a limpiarlo, lo mejor es deshacerse de ello. También los objetos de segunda mano contienen restos que normalmente podrás limpiar mágicamente. Hazlo poniéndolos a la luz de la luna llena durante tres noches o colocándolos bajo el grifo del agua. Estos dos métodos deberían bastar. Si crees, sin embargo, que no están lo bastante purificaos, entonces replantéate si realmente te merece la pena conservarlos. Antaño era muy común que las brujas tuvieran una hoja de bayoneta en sus athamés, y la mayoría las compraban de segunda mano. Algunas personas no tenían queja, pues sus bayonetas nunca se habían usado hasta que las compraron, otras, sin embargo, tuvieron que deshacerse de ellas porque la carga de sentimientos y de negatividad que tenían entorpecía su manejo. Si realmente no puedes prescindir de ese objeto, intenta limpiarlo con la ayuda de los elementos y llevando a cabo un destierro de influencias no deseadas. Crea el Espacio Sagrado como sueles hacer, poniendo los elementos en el altar. Pásalo por cada uno de ellos, pidiéndoles que alejen toda la negatividad y que lo limpien con sus respectivos poderes: el del Aire, el Fuego, el Agua y la absorción de la Tierra. Luego deja el objeto sobre el altar y llama a la Diosa y al Dios. Mientras trabajes tendrás que examinarlo con tu sexto sentido, de modo que puedas ver cuándo los elementos han completado su misión y finalmente para que sepas si las deidades lo han bendecido.
A veces te tropezarás con personas que dejan tras de sí un rastro de negatividad. Y no estoy hablando sólo de aquellas que están atravesando una mala racha y que se pueden sentir un poco deprimidas, sino de esos individuos que te ponen los pelos de punta, aunque aparentemente su comportamiento sea bastante positivo. En ocasiones parecen drenarte también toda la energía cuando te encuentras con ellos, y pasar un rato a su lado puede dejarte exhausta a pesar de lo bien que lo estás pasando. En estos casos debes plantearte si tu sexto sentido te está advirtiendo de algo o de si tu yo interno considera que esta persona te va a hacer daño de alguna manera. Préstale atención a tu intuición, porque en estas cosas no suele fallar. No obstante, quizá no puedas mantenerte alejada de esa persona, quizá porque se trata de un compañero de trabajo o incluso de tu jefe.
Hay otros individuos que generan la misma sensación aunque en realidad sus intenciones sean inofensivas. A menudo se les conoce con el nombre de “vampiros psíquicos”. Esto no implica que vayan a chuparte la sangre, sino que se alimentan de tu energía psíquica o física. Lo curioso es que la mayoría de ellos ni siquiera sabe que lo hace y se sentirían bastante mal si lo averiguaran, porque no es más que un rasgo de su carácter del que no pueden deshacerse. Si te tratas con alguien así, tendrás que tomar algunas medidas adicionales para protegerte siempre que quieras verle. Pero si además es tu amigo, ¡entonces conviene que lo hagas con mucha discreción! La forma más sencilla es activando tu Círculo Interno y manteniéndolo bajo tu piel hasta que pierdas de vista a esa persona. La otra posibilidad es insuflándole poder a un amuleto y colocándole un Círculo protector en su interior que luego puedas poner en marcha cuando lo necesites.
Estas medidas tendrían que bastar para mantenerte a salvo. No son, sin embargo, infalibles, y no podrán evitar los altibajos normales de la vida. Y debes recordar que, aunque la brujería te beneficiará, y no tendrás una vida de cuento de hadas a partir de ahora! De modo que a veces tendrás que hacer otras cosas para protegerte a ti misma y a los que amas.
De vez en cuando me abordan personas, sobre todo los escépticos que están convencidos de que la brujería es algo malo, para saber si el “poder” del que hablo y que utilizamos en los hechizos se puede destinar a buenas y malas obras. La respuesta es sí, se pueden pero las brujas obedecemos a la Rede Wicca, cuyo principio establece, como saber “Haz lo que quieras mientras no dañes a nadie”. Conocemos también la Ley de Tres, que viene a decir que lo que sea que hagas, bueno o malo, te será devuelto por triplicado. Hacer hechizos negativos conlleva además un gran riesgo: si la persona contra la que diriges el conjuro sabe aunque sólo sea lo más básico de la brujería, podrá devolverte la jugada. Hacer eso tiene además el problema añadido de que merma la capacidad de practicar cualquier tipo de magia.
No obstante, puede que te encuentres con personas que crean que merece la pena asumir los riesgos a cambio de que se cumplan los resultados que esperan. Afortunadamente es muy poco frecuente, aunque sucede. En cualquier caso, el primer paso es la protección. ¡Es bastante lógico pensar que si no vas por ahí haciéndole la vida imposible a las personas, ellas no querrán lanzarte un maleficio! Pero en esta vida, por desgracia, no podemos contar con que todo el mundo actúe de manera coherente, así que te conviene saber cómo defenderte por si llegaras a necesitarlo.
¿Qué debes hacer si crees que alguien puede estar usando la magia negativa en tu contra? Y ¿de qué manera puedes contrarrestarlo? Pues bien, te darás cuenta de que estás siendo objeto de un maleficio porque, al igual que con la negatividad, lo que consigue es que las cosas te salgan mal. Y no me estoy refiriendo a los habituales altibajos, sino a cosas que no puedes explicar tan fácilmente. Por ejemplo: los huevos y la leche caducan antes de lo normal o los aparatos eléctricos se estropean con pocos días de diferencia. Puede que te pelees o que las cosas se pierdan, rompan o aparezcan en lugares en los que no sueles dejarlas. A estos síntomas a menudo los siguen enfermedades, insomnio, pesadillas y malestar general. Los efectos los puede sentir más de una persona en la casa, incluyendo los animales.
Si has aprendido a utilizar su sentido psíquico, notarás también un cambio en la atmósfera de tu hogar y verás que la neblina, tan típica de la negatividad, empieza a cernirse peligrosamente.
Si éste es el caso, lo mejor que puedes hacer es repetir el primer ejercicio de este capítulo. Fíjate, sobre todo, en los zarcillos que intenten penetrar en tu casa. Es fundamental que lo hagas en tu casa porque así podrás ver si la magia la dirigen directamente contra ti o contra un miembro de tu familia. Pero si te encuentras en otro lugar, lógicamente sólo podrás detectar la que te ataque a ti.
Cuando la casa está limpia y protegida es mucho más fácil descubrir cualquier rastro de negatividad que te hayan enviado. Comprueba desde qué dirección parte porque esto te ayudará a saber de quién procede. Debes tener en cuenta, además, que los que practican la magia, bien sean brujas u otras personas, no van a malgastar sus energías con extraños. Así que, el que esté invirtiendo el esfuerzo necesario para hacértelo pasar mal tendrá una razón para ello y lo normal es que su motivo responda a una de las siguientes categorías: que le hayas perjudicado de alguna manera o que quiera algo que tú tienes.
En otras palabras: los ataques mágicos son como cualquier otra forma de violencia personal, ¡habitualmente lo llevan a cabo personas que conoces o que crees que conoces!
De modo que, si tienes razones para pensar que alguien está dañándote a través de la magia negativa, lo siguiente que deberás hacer es examinar bien tus recuerdos para averiguar de quién se trata y,si es posible, para que soluciones la cuestión. Y esto no sólo deberías hacerlo por aquello de la responsabilidad que cada uno tiene en las cosas que hace, sino también para conseguir que esa persona deje de estar molesta contigo y no vuelva a atacarte con su magia. Por cierto, no cometas el error de pensar que un individuo no es capaz de hacerlo sólo porque nunca te haya demostrado saber de brujería, ¡porque muchos magos y brujas expertos jamás te lo revelarían! Puede ocurrir, claro, que no llegues a estar segura de cuál es la fuente, pero siempre merece la pena intentarlo.
Si estás convencida de que te están atacando de esta manera, renueva tus barreras defensivas haciendo una limpieza general que te proteja. Te recomiendo que pongas un espejo en la ventana, de cara a la fuente que te envía la negatividad. Después de hacerlo, ponte a trabajar para solucionar el problema y, si sabes con certeza de quién se trata, podrás ser bastante contundente.
Una buena manera de conseguirlo es utilizando dos espejos (como los de una polvera) y colocando entre ellos una fotografía de la persona en cuestión. Ata alrededor un hilo negro muy largo (tres veces la longitud de los espejos). Al hacerlo, visualiza cómo la magia negativa se refleja en la superficie y regresa a él. Sé específica al respecto (lo que quieres es devolverle la negativa, no toda la magia, de otro modo no dejarías espacio para el desarrollo personal). Si no tienes una foto, puedes utilizar un dibujo o un papel en el que hayas escrito toda la información que poseas de esa persona y que hayas bautizado formalmente con la ayuda de los elementos.
Un método igualmente efectivo es utilizar una piedra más o menos grande y plana. En un lado escribe el nombre de la persona o un sigilo que la represente, y en el otro una cruz cuyos brazos sean exactamente del mismo tamaño. Recuerda que esta cruz data de muchísimo antes que el Cristianismo y que nada tiene que ver con esta religión. Emplea pintura resistente al barniz, que no se emborrone y, a ser posible, que sea negra. Una vez seca, lo siguiente lo harás en el Círculo. Ata un hilo negro alrededor de la piedra, de tal manera que también forme una cruz en ambos lados. Barnízala por los dos lados (¡te servirá un pintauñas de secado rápido!) para que quede enteramente protegida y sellada. Verás que la cosa no es fácil porque uno de ellos estará pegajoso y mojado mientras pintes el otro. Yo he comprobado que si la sujeto sobre una peana de plastilina puedo barnizar los dos lados. Empiezo por la parte de arriba y lo dejo un rato a mitad de camino, de forma que, como se seca relativamente rápido, puedo darle la vuelta y seguir luego con la parte de abajo. Mientras lo haces, visualiza el símbolo, el hilo y el barniz atrapando las intenciones negativas de este individuo. Cuando la piedra se haya secado, pásala por cada uno de los elementos, pidiéndoles que eviten que te ataque. Una vez terminado el proceso, guarda la piedra en un lugar seguro y, esto es fundamental, no le cuentes nada a nadie.
Debes comprobar también si tienes algún vínculo tangible con él o ella. Con esto me refiero a regalos suyos, cosas que te haya podido prestar o, en los casos más extremos, algo que haya podido dejar a propósito en tu casa para crear esa conexión. Si te ha dejado algo, la solución es bien fácil: devuélveselo lo antes posible. Los regalos son un tema aparte; está claro que si lo empaquetas todo y se lo haces llegar,la situación no hará más que empeorar. Quizá la salida sea que le compres tú un regalo a cambio. No es necesario que sea algo caro, pero sí debes elegirlo con cuidado porque tiene que gustarle. Al hacerlo, equilibras la balanza y te ayudará a negar el vínculo. Ya te he dicho en otras ocasiones que algunos comentan lo peligroso que es que una bruja te haga un regalo porque puede tratarse de un vínculo mágico.
Asegúrate de que siempre respondes con cosas de valor (que no tienen por qué ser costosas), porque así habrá equilibrio en vuestra relación. Después de realizar este acto de reciprocidad, limpia bien lo que sea que tengas suyo. Si todavía te sientes a disgusto, deshazte de esas cosas, por ejemplo, donándolas a una tienda de segunda mano. Y, aunque tuvieras la intención de librarte de ellas desde el principio, límpialas de todos modos, ¡porque podrías pasarle esa negatividad a alguien completamente ajeno a la cuestión! Si se dejó algo a propósito en tu casa con la intención de crear esa conexión, podrás rastrearla sirviéndote de la misma técnica que empleaste para ubicar la negatividad. Limpia después estos objetos y tíralos.
Hay aún otra técnica que puedes usar para tratar de identificar a la persona que trabaja contra ti, y consiste en visitar el astral y en rastrear el hilo de magia negativa hasta su punto de partida. Esto tampoco está exento de riesgos; si la persona tiene más experiencia que tú, es posible que llegue a darse cuenta de lo que pretendes. E incluso aunque no sea así, si está trabajando en el astral, se percatará de tu presencia, lo que seguramente incrementaría sus ataques. Supongo que ya sabrás por qué evitamos todo lo que podemos las guerras mágicas o entre brujas.
En caso de que no sepas quién es, todavía hay otro hechizo al que puedes recurrir. Éste es, sin embargo, algo complejo. En primer lugar tendrás que encontrar una botella no muy grande, preferiblemente que tenga el cuello más estrecho que la base. A continuación coge un tapón de corcho que o bien sea el de la botella o se ajuste bien a ella. Lo puedes cortar a la medida si no encuentras ninguno. Antaño las brujas añadían también unas cuantas gotas de su sangre, pero funcionará bien sin ella. No tapes la botella todavía. Bautízala con tu nombre a través de los elementos y pídeles que atraigan toda la magia negativa. Apóyala sobre su base y colócala en un lugar seguro, pero fuera de la zona que hayas protegido, durante tres días con sus noches. Pasado ese periodo, traza un Círculo que te salvaguarde antes de ir a buscarla. Acuérdate de que deberás abrir y cerrar una entrada para poder acceder y salir de este espacio reservado. Entra con la botella en el Círculo e introdúcele siete alfileres nuevos, luego ciérrala con el corcho y séllala con un poco de lacre caliente. De esta manera capturarás la esencia del hechizo. Coge un hilo negro y átalo alrededor de la botella. No hace falta que lo hagas en forma de cruz, basta con que lo pongas en el cuello. Vuelve a sellar el nudo con el lacre. Pasa ahora la botella por cada elemento, pidiéndoles que encadenen el hechizo. Completa el ritual como acostumbras y luego, tan pronto como puedas, llévate la botella a un lugar bien alejado de tu casa y entiérrala en las profundidades de la tierra. Intenta buscarle un sitio donde nadie la vaya a encontrar y abrir, por lo menos hasta que el conjuro haya seguido su curso natural.
Cuando hayas cortado todos los lazos que te unen a la persona que dirige su negatividad contra ti, y limpies y protejas tu casa y a tu familia, la vida volverá a la normalidad. Lo lógico es que esto ocurra de forma inmediata, aunque a veces puede llevar a un poco más. En este caso, merece la pena que dediques algo de tiempo a equilibrar tus elementos internos. Cualquier tipo de negatividad hará que se desestabilicen nuestros niveles, sobre todo cuando tenemos la impresión de que somos el blanco directo.
Es normal que te sientas herida, ofendida y que quieras la revancha, no obstante, y por las razones que ya te he expuesto anteriormente, te desaconsejo que te vengues con otro ataque. Te podrá parecer injusto, sin duda, pero recuerda que si llevas a cabo actos de dudosa moralidad, perderás la capacidad de evolucionar espiritualmente y de practicar la magia. Es posible que sientas la tentación de hacer caso de esa máxima o maldición que dice “que reciban lo que se merecen”, pero estas cosas debes utilizarlas sólo en momentos muy concretos y con muchísimo cuidado. Además, no es algo que no te vaya a traer consecuencias o que puedas hacer sin tomarte la molestia de prever cuáles serán los efectos. En cualquier caso, si lo que quieres realmente es darle en las narices a alguien, ¡no hay mejor manera que ser feliz y triunfar a pesar de lo que te hayan echado encima!
CORREGIR LOS ERRORES.
Los hechizos negativos pueden no ser los únicos a los que quieras poner freno. Creo que no conozco a ninguna bruja que no se haya equivocado en alguna ocasión o que no quisiera para uno que ya estuviera en marcha. Los motivos son varios y diversos: quizá te ha llegado más información y consideras que deberías haber diseñado el conjuro de otra manera, o sencillamente que las circunstancias pueden no ser las mismas ahora; puedes haber estado reflexionando y decidir que el hechizo no tendrá los resultados que esperabas. Si trabajas para otra persona, es posible que lo que ocurra es que haya cambiado de opinión. Sea cual sea la causa, tienes que saber cómo parar o contrarrestar tu propia magia. Puedes querer hacerlo en dos momentos: o bien durante la magia o cuando la hayas enviado. El primer caso es relativamente sencillo, el segundo, un poco más complejo, pero en ambos debes mantener la calma y la concentración. Recuerdo bien la sensación al decir, de pronto, la famosa frase “¡Oh, no! ¡Esto no es lo que yo pretendía!”, y verme sobrecogida por el pánico. No obstante, si permites que el miedo te domine, no dispondrás del control necesario para solucionar el asunto.
Si estás en mitad de un proceso mágico y decides, por la razón que sea, que no quieres o que no necesitas seguir, entonces lo que tendrás que hacer es para e invertir los pasos que hayas dado hasta ese momento. Lo que implica: liberar la energía que has acumulado (en la tierra o en el agua que tengas en el altar), desterrar a los elementos y dar las gracias a la Diosa y al Dios. Si creaste un objeto, como un talismán o un fith-fath, deberás destruirlo. Puedes haber consagrado algo que no quieras romper, en cuyo caso límpialo bien y bendícelo con neutralidad.
En el caso de que hayas liberado la energía y el hechizo ya esté de camino, tendrás que decidir la mejor manera de detenerlo o deshacerlo. Si hace lo primero, dejarás las cosas como están, esto es, losefectos que hayan acontecido se quedarán tal cual. El segundo, por su parte, implica que harás otro conjuro para dejarlo todo como estaba antes. Lleva a cabo esta segunda opción sólo si es realmente necesario; tal vez los cambios no conlleven ninguna consecuencia. Sin embargo, si consideras que debe deshacerse, entonces tendrás que recordar lo que hiciste, paso a paso, para valorar qué nuevo hechizo deberás crear, teniendo en cuenta siempre sus posibles efectos. Dedica algún tiempo a meditar antes de ponerte manos a la obra, intentando rememorar lo que pensabas de la situación al principio, cuando hiciste el conjuro, y lo que opinas ahora, porque lo que no quieres es añadir otros cambios, sino invertir los efectos del primero.
Te será más fácil deshacer el entuerto si escribiste todo el proceso detalladamente en tu diario o Libro de las Sombras, porque sabrás exactamente qué pasos diste; si no, tendrás que basarte en lo que recuerdes. Si empleaste un objeto tangible en el hechizo original, mételo dentro del Círculo y quítale la magia pasándolo por los elementos, pidiéndoles que deshagan el conjuro y que restituyan las cosas a su lugar original. Pero si no fue así, lo lógico es que inviertas los pasos o idees un nuevo hechizo.
Todas estas consideraciones nos llevan directamente al principio del libro y a algo que debes tener muy en cuenta: prepárate bien antes de dirigir la energía que has acumulado hacia las soluciones que crees oportunas. Y como te he dicho en muchas ocasiones: ten cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se cumplan.
“EL VERDADERO ARTE DE LAS BRUJAS”