Haz el bien y recibirás cosas buenas, pero si haces el mal eso mismo recibirás. Más que eso es una retribución triple. Haz el bien y recibirás tres veces bien; haz el mal y recibirás tres veces mal.
Claro que no es un retorno triple de una manera literal. Si golpeas a alguien en el ojo, no quiere decir que te golpearan tres veces el ojo. No, pero en cualquier momento en el futuro puede ser que “solamente” se te rompa una pierna… algo que puede considerarse tres veces más malo que un golpe en el ojo.
Según las creencias de la Wicca, las experiencias en nuestra vida NO dependen de las vidas anteriores. Por ejemplo: si sufres de un abuso físico en esta vida no quiere decir necesariamente que hayas sido un abusador en una vida previa. Es posible que lo hayas sido, pero también es posible que no fuera así. En otras palabras, este es un caso de experimentar todas las cosas; ser un abusador y que alguien reciba el abuso, pero una cosa no depende necesariamente de la otra. Podrían pasar muchas vidas entre experiencia y su aparente correlativa.
Solo porque haz elegido una vida particular y tienes que pasar por una serie de experiencias no quiere decir que puedas sentarte y decir: “todo está predestinado y no tengo nada que hacer, sólo esperar”. El Dios y la Diosa se asegurarán que tengas esas experiencias, pero tu trabajo es el de progresar; el de esforzarte mucho para ir hacia la perfección. Tu creas tu propia realidad. Lo que sea que quieras, puedes lograrlo. Pero siempre recuerda el dicho Wicca: “Haz lo que quieras a nadie dañes”.
Siempre que sea posible ayuda a los menos afortunados. “Ayudar” no quiere decir interferir. Ayudar simplemente se puede dar ofreciendo consejo, mostrando compasión; hasta algunas veces, rechazando la ayuda directa. Para este último caso, es de más ayuda para los demás, dejarlos que hagan su mayor esfuerzo: dejarlos pensar por ellos mismos.
Scott Cunningham – Una guía para la práctica individual.