UN TALISMAN DE MUCHO PODER
Por regla general, para limpiar y descargar de toda mala energía un amuleto o un talismán -especialmente si se ha comprado en una tienda y lo han tocado antes otras personas-, lo más aconsejable es introducirlo en un recipiente de barro, loza o cristal (nunca de plástico) que contendrá agua de la llave; una vez sumergido en el agua, se añaden varios puñados de sal gruesa, mejor si es sal marina, hasta cubrir el objeto. Se saca al sereno en un sitio seguro -por ejemplo en el marco de la ventana de la habitación- y se deja fuera 24 horas, es decir, un día entero.
Toda la noche para que se cargue con la energía de la Luna, y todo el día para que se cargue con la luz del Sol. No es aconsejable proceder a la limpieza ni en la fase de luna nueva ni tampoco durante un eclipse. Posteriormente se saca el talismán del agua con sal, ésta se bota al WC -no a las plantas porque pueden secarse- y el objeto se seca con una servilleta o paño limpio.
Aconsejamos que si se lleva colgado del cuello, se utilice una cadenita de plata resistente, o bien un cordón hecho de cuero. Cuando ya esté en uso, para irlo limpiando y descargando de las malas energías que pueda haber acumulado, es suficiente con sumergirlo en un vaso de agua con sal marina durante 15 minutos, cada dos semanas o una vez al mes.Carga.- Hay varios métodos para cargar un amuleto.
Exponemos aquí dos de los más utilizados en las artes mágicas.
*Método 1.- En luna llena o creciente, se recita la siguiente invocación y se deja el Tetragrammaton toda la noche a la luz de la luna, o sobre el altar personal del consagrante: ”Te cargo por los Antiguos Dioses, por la Diosa y el Dios. Por las virtudes del Sol, la Luna y las Estrellas, por los poderes del Aire, Fuego, Agua y Tierra. Que a través tuyo obtenga todo lo que deseo. Dioses Antiguos, cargad este pentáculo con sus poderes de protección, para que aleje el mal de mí y retorne a sus orígenes las malas energías.” Después, se pasa el amuleto por los cuatro elementos: agua, fuego, aire y tierra.
*Método 2.- Se baña el talismán o amuleto (este sencillo ritual también sirve para cargar piedras, joyas, etcétera). con abundante sal marina (gruesa) durante 24 horas.
Seguidamente se expone al sol y a la luna durante 48 horas. Se coloca en un lugar oscuro durante otras 48 horas. Pasados estos 5 días de carga y ritualización, es cuando el poseedor del objeto ya puede proceder a tomarlo entre sus manos. Hay quienes lo acarician de vez en cuando, durante un día entero, con las manos humedecidas en un poco de la colonia o perfume personal que la persona acostumbra a utilizar, al tiempo que uno se concentra en pensar lo que desea que ese talismán haga para él: servir de protección, de ayuda, etcétera.
Otras personas se acuestan tranquilos, se colocan el talismán sobre la frente en la zona del tercer ojo, y se concentran en decirle al objeto para qué lo quieren, es decir, para programarlo. Por ejemplo, “me protegerás contra mis enemigos”, etcétera… Después de esto, la persona ya puede colgárselo del cuello, o bien colocarlo en su dedo en el caso de que el objeto o talismán que se esté cargando sea un anillo.
Consagración.- El siguiente es un conjuro de Alta Magia específico para la consagración de talismanes y amuletos, y de manera concreta es muy poderoso para consagrar un Tetragrammaton. En las primeras horas del día, preferiblemente en domingo, y estando a solas, se pone cualquier talismán sobre un plato blanco nuevo, durante una hora completa (treinta minutos por un lado y treinta minutos por el otro).
Durante ese tiempo y en cada una de las dos posiciones, la persona debe recitar el siguiente conjuro o invocación: ”Este talismán representa a todas las fuerzas y las energías universales en el planeta Tierra. Astros poderosos, centren sus efluvios en este talismán que me acompañará, protegerá y dará buena suerte, mostrándome siempre el camino correcto. Dótenlo de las virtudes y cualidades precisas para dominar a todos mis enemigos. Permítanme por medio de su poder, vencer todos los obstáculos e inconvenientes que aparezcan en mi camino, procedan de personas o de espíritus, y que pueda hallarme libre de maleficios, encantamientos y demás sortilegios. Que nadie pueda hacerme daño. Que los espíritus celestes y el apoyo de ángeles y arcángeles puestos a mi servicio por el Todopoderoso me concedan la sabiduría, a fin de que por sus virtudes logre mis deseos”.
Tras este conjuro, se unge el talismán con aceite puro de oliva, se envuelve en un paño limpio de seda o terciopelo, se guarda toda una noche en un lugar oscuro y al día siguiente, ya puede ser utilizado.