El Pentagrama dibujado dentro de un cuadro (símbolo de los elementos) y éste a su vez dentro de un triángulo equilátero (símbolo de la Trinidad), que finalmente lo encierra un circulo (símbolo del Espíritu Universal), es el símbolo perfecto. Esta estrella es el símbolo esotérico y mágico por excelencia, en todos sus aspectos, y está siempre presente en los rituales mágicos. Además de Pentagrama y Tetragrammaton, se la denomina también Penta-Alfa (Pentalfa), Pentáculo, Estrella de Cinco Puntas, etcétera…
Con una punta hacia arriba, representa a las fuerzas benignas o a Dios, además de ser un poderoso símbolo de protección. Cabalísticamente, esos poderes protectores se ven reflejados en numerosos modelos de anillos, colgantes, etcétera, con este símbolo grabado, ya que controla la influencia de cualquier entidad negativa y atrae bendiciones sobre la persona que lo porta. En cambio, cuando se muestra con dos puntas hacia arriba, simboliza a las fuerzas tenebrosas o al Diablo, además de ser un símbolo del satanismo. Es una muestra y un ejemplo más de la Ley de la Dualidad, presente siempre en el esoterismo a lo largo de toda la Historia de la humanidad: El Ying y el Yang, el blanco y el negro, el día y la noche, la Luz y las Tinieblas… es decir, la eterna lucha de los opuestos.
La palabra Tetragrammaton procede del griego Tetra (cuatro) y Gramma (letra). Ton es el sufijo plural. Hace especial referencia a las cuatro letras que, en hebreo, componen y expresan el concepto de Dios. Estas cuatro letras: Y H V H (yod, hé, vau, hé), escritas en caracteres hebreos (de derecha a izquierda), se consideran la representación de la Divina voluntad, la Creación, el intelecto y la Acción. Como amuleto de protección suele aparecer la palabra inscrita dentro de un círculo que, a su vez, engloba la figura de un pentagrama (estrella de cinco puntas) o a veces también de un hexagrama (estrella de seis puntas, conocida también como una estrella de David o sello de Salomón). Cuando es de seis puntas, dos triángulos entrelazados, su simbolismo recoge la idea de la unión del hombre con la divinidad: el triángulo que sube simboliza el esfuerzo humano de superación, es decir, su trabajo evolutivo, y el triángulo que baja representa la providencia y la ayuda de Dios. El simbolismo de la estrella de cinco puntas, nuestro Tetragrammaton, es similar, ya que representa al ser humano (de pie con brazos y piernas extendidos) que se siente identificado con las fuerzas del Universo, y sintoniza sus energías con la energía universal. En ambos casos se trata de un talismán de protección personal que expresa el concepto de unión con Dios.
Como hemos indicado, y según la Cábala, el Tetragrammaton engloba y protege el mismísimo nombre de Dios, compuesto de cuatro letras. Dichas cuatro letras son en hebreo: “yod, hé, vau, hé”, o en mayúsculas nuestras: Y H V H. Su verdadera pronunciación antigua es ahora desconocida; los hebreos consideraban este nombre demasiado sagrado para pronunciarlo siquiera, y al leer las Sagradas Escrituras, lo sustituían con el de “Adonai”, que significa Señor. Los cristianos en general definen estas letras I H V H como ‘Jehovah’, y otros entendidos en los estudios bíblicos lo escriben a su vez como ‘Yahveh’.
Por su parte, el pentagrama expresa la dominación del espíritu sobre los elementos de la Naturaleza. Con este signo mágico podemos mandar a las criaturas elementales que pueblan las regiones del fuego, aire, agua y tierra. Ante este símbolo tiemblan los demonios y huyen aterrorizados. El gran maestro ocultista Eliphas Levi lo describe como “el símbolo del macrocosmos a través del cual el hombre domina los poderes y el ser de los elementos y aleja del demonio a todo lo que es primordial’. Y por ejemplo, en algunos países europeos, como es el caso de Alemania, todavía hoy es considerado como un eficaz talismán contra el poder de las brujerías.